ARITMÉTICA VITAL

La evolución demográfica de España en los últimos 50 años pone de manifiesto un crecimiento sostenido de la esperanza de vida, situándonos en el cuarto país del mundo con mayor esperanza de vida.

Esta realidad afecta de manera profunda a las relaciones socio-laborales de toda la sociedad en la actualidad y, más notablemente, en el futuro cercano.

Frente a los sesgos ambigüos, la FundaciónAGE intenta aportar luz a lo que denominamos una nueva aritmética vital.

Considerando que en nuestro país en las dos próximas décadas la esperanza de vida se acercará a los 90 años, por ello conviene reajustar los diferentes hitos vitales vigentes en la actualidad.

Partiendo de un primer periodo de formación y primeras experiencias laborales hasta los 25 años, se abrirá otro mucho más largo de vida profesional y formación permanente hasta el entorno de los 70 años.
Permaneceremos activos aproximadamente 45 años, es decir, la mitad de nuestra existencia., Proponemos dividir, a su vez, en tres tercios la vida laboral total: de los 25 a los 40 años; de los 40 a los 55 y de los 55 a los 70.

El primer tercio se caracteriza por ser un periodo de capacitación ligada al itinerario laboral escogido y a la acumulación de experiencias laborales diversas.
El segundo, de los 40 a los 55 años, abarca quizás el segmento más fructífero, con hitos relevantes para una trayectoria profesional, siempre ligada a la formación continua fruto de una inquietud por el crecimiento permanente.

El último tercio, comprendido entre los 55 y los 70 años , lejos de ser como en la actualidad el periodo de salida acelerada de la vida activa, se debe convertir en una etapa fecunda en la que capitalizar la experiencia acumulada y las ganas de seguir enriqueciéndonos personal y laboralmente.

Las personas que transitan en esta última etapa vital, son las que denominamos “Activos de Gran Experiencia”. Actualmente los AGE constituyen un numeroso grupo de empleados y emprendedores hasta la edad de 65 años, que se reduce drásticamente a partir de la edad ordinaria de jubilación.

. No obstante consideramos que con el desarrollo de un marco legal adecuado y flexible, acompañado por un imperativo cambio cultural, se podría ampliar la permanencia activa en el mercado de un número cada vez mayor de personas.
Después de los 60 años se pone de manifiesto una gran diversidad social e individual respecto a las preferencias a la hora de tomar la decisión de jubilación, lógicamente en función de las circunstancias profesionales, personales y de salud de las personas de esta franja de edad.

Por ello, habrá que prestar especial atención a esta diversidad. No todos quieren y pueden prolongar su vida activa una vez superados los 65, 66, 67 o 68 años.

Esta nueva aritmética vital exige una transformación en la manera de entender la vida laboral por parte de los individuos, pero también de los empleadores.
Además, las evidencias se acumulan en todo el mundo sobre el rédito económico que todo ello puede suponer, así Lynda Gratton y Andrew Scott, profesores de London Business School, nos recuerdan que “Quienquiera que seamos, dondequiera que vivamos y tengamos la edad que tengamos, necesitamos comenzar a pensar ahora sobre las decisiones que debemos tomar para poder sacar provecho de esta vida más larga. Lo mismo sucede a las empresas para las que trabajamos y a la sociedad en la que vivimos”.

Hacemos notar que la mitad de la vida laboral, bajo este supuesto, se sitúa en los 47,5 años.

En otras culturas, de ámbito anglosajón principalmente, a esta edad se inician lo que se denomina como segunda carrera, es decir, la revitalización y/o especialización de la experiencia anterior. Se trata de visualizar y actuar con nuevas ilusiones, motivación y búsqueda de oportunidades en la segunda mitad de la vida laboral.

De igual manera el emprendimiento después de los 55 puede parecer una opción válida en la que poner en valor la experiencia personal y laboral desarrollada hasta el momento.
Recordamos que la tasa de éxito de estos emprendedores es superior a la de cualquier otra franja de edad.

La Fundación AGE es consciente de que en cada uno de estos tercios los objetivos personales y motivacionales de cada individuo son diferentes.

En el ámbito personal es necesario concienciar a la sociedad de que no se tiene una vida laboral plena si no se tiende a completar activamente estos tres tercios, lógicamente atendiendo a las circunstancias y diversidad mencionados con anterioridad.

La Fundación AGE trabaja activamente poniendo el foco en las personas que se encuentran en el último tercio de la vida laboral para concienciar sobre su empleabilidad.

El objetivo fundacional es desarrollar y consolidar un nuevo mercado laboral para las personas que superan los 55 ambos de edad, así como para aquellos que alcanzan la edad ordinaria de jubilación, si así lo desean.

La edad ya no es lo que era, ni es lo que será, por ello debemos ser conscientes de la nueva aritmética vital y darle un significado personal y social a todos esos años que nos regala la longevidad en el siglo XXI.